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CUADERNO DE INTEGRACIÓN SOCIAL

[entrecruzamientos entre artes y humanidades, bienestar social y mental, con unos toques de poiesis y eudemonía]

CUADERNO DE INTEGRACIÓN SOCIAL · espejos, ventanas, lentes

[entrecruzamientos entre ciencia, artes y humanidades, bienestar social y mental, con unos toques de poiesis y eudemonía]

DESESPERACIÓN

Durante mucho tiempo mantuvo la calma. Esta misma mañana creía que, a pesar de todo, la cosa estaría bien. Apegado a las apariencias, se había llevado su sombrero, como siempre. Y a pesar de que su angustia iba en aumento, siguió adelante. Un sorbo de café tras otro, una palmadita ocasional en la boca con una servilleta, mientras contemplaba la ajetreada sala: secretarias que salían a almorzar, gente de la obra cercana, algunos madres exhaustas y sus hijos. Entonces, de repente, la desesperación. Lo arrastró sin posibilidad de réplica: el desastre que había causado, el tonto en el que se había convertido ante los ojos de los demás, lo absurdo de todo. Su cabeza golpeó la mesa con un ruido impactante, pero casi de inmediato fue absorbida por el denso murmullo del recinto y la ciudad. Aquí uno podría morir en público y pocos se darían cuenta. Sin embargo, justo enfrente había un francés muy interesado en él, un hombre elegante y espigado, con una Leica 35 al cuello. Henri Cartier-Bresson se había paseado toda la mañana por la zona; había fotografiado a un grupo de mujeres charlando en el exterior de Ground Street y una vista del centro de Manhattan desde el paseo marítimo. El almuerzo era ahora la prioridad. Luego, sin previo aviso, la cabeza de ese hombre golpeando una mesa con fuerza. Los motivos para la desesperación pueden ser diferentes, pero cualquiera podría unirse a él en cómo se siente: de cierto modo representa a todas las personas. Y Cartier-Bresson no sólo disparó una foto, hizo un gran favor humano en el proceso: la angustia que normalmente reside dolorosa y privada dentro de la mente recibió una expresión social digna. Nadie debería sentirse avergonzado por su desesperación: es simplemente una parte inevitable de estar vivo. Independientemente de lo que a veces se dé a entender, es normal, muy normal, estar en agonía. Después de todo, no hay ninguna necesidad de ser valiente.

Carlos Castro Rincón