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CUADERNO DE INTEGRACIÓN SOCIAL

[entrecruzamientos entre artes y humanidades, bienestar social y mental, con unos toques de poiesis y eudemonía]

CUADERNO DE INTEGRACIÓN SOCIAL · espejos, ventanas, lentes

[entrecruzamientos entre ciencia, artes y humanidades, bienestar social y mental, con unos toques de poiesis y eudemonía]

GENIO

Escuchamos hablar mucho sobre el tema. Y nos enseñan a admirar las mentes de esos genios infinitos, desconcertantes pero asombrosos, como Einstein, Tolstói o Picasso. Pero lo que realmente podría ser el genio queda siempre un poco vago. Es una palabra clave que significa algo así como brillante, pero quizá demasiado sobrenatural como para poder comprenderlo. Se te invita a asombrarte ante los logros de los genios, pero también a sentir que sus procesos de pensamiento pueden ser casi mágicos y que es un misterio cómo pudieron llegar a esas ideas. Pero hay una visión radicalmente diferente, sugerida por una cita tremendamente esclarecedora de Ralph Waldo Emerson: «En las mentes de los genios encontramos, una vez más, nuestros propios pensamientos olvidados». Lo que esto nos dice es que el genio no tiene unos pensamientos diferentes a los del resto de la gente. Simplemente se los toman más en serio. Tú mismo habrás tenido de vez en cuando tu propia versión incompleta y vacilante de sus ideas, razón por la cual sus obras pueden causarte una impresión tan distintiva. Lo que presentan a través de su trabajo resulta sorprendente e impresionante, pero también obvio una vez que se ha señalado. Están articulando clara y poderosamente nociones que ya te resultan familiares porque tú mismo has estado dándoles vueltas, posiblemente durante años, sin poder aproximarte a ellas correctamente. En este sentido, el genio puede definirse como el arte de prestar más atención a los pensamientos y sentimientos reales y ser lo suficientemente valiente y tenaz para aferrarse a ellos incluso cuando no encuentran un eco inmediato en el mundo exterior. La razón por la que uno repudia tanto de lo que pasa por su mente es, en esencia, la ansiedad. Matas tus pensamientos más prometedores por miedo a parecer un extraño para ti mismo o para los demás. Esto quizá explica por qué los niños pequeños son, a su manera, mucho más interesantes que los adultos: todavía no se han convertido en expertos en lo que no deben decir o pensar. Pero cuando te censuras y te cierras, cuando te asustas y tratas de no pensar, es exactamente el momento en que el llamado genio empieza a tomar nota de lo que sucede dentro de sí. Operamos entonces con una imagen falsa del genio cuando lo identificamos demasiado con lo que es exótico y está completamente más allá de nosotros. Pero es algo mucho más provocativo que esto. Un genio es lo que todos podemos ser cuando le prestamos una cuidadosa atención a lo que nos pasa por la conciencia. Todo el mundo tiene una mente muy similar y muy capaz; donde los genios difieren es en su inclinación más fuerte a estudiarla en profundidad y aferrarse con más valentía a sus contenidos.

Carlos Castro Rincón