TONTA
Uno de los prejuicios más persistentes de nuestra época es que una persona no puede ser a la vez inteligente y atractiva. Por eso Marilyn Monroe encarnaba semejante enigma y sufría tanto en sus relaciones con los demás. Ella era inteligentísima. En su biblioteca tenía libros de Erich Fromm, Albert Camus y Thomas Mann. John Steinbeck y Walt Whitman eran sus favoritos. Hasta se suscribió a Horizon, por entonces la revista cultural más importante de Inglaterra. Además sentía una intensa curiosidad por las filosofías de Platón y Schopenhauer. En 1953, un año después de que se tomara esta foto, le presentaron a la poeta inglesa —mordaz y esnob— Edith Sitwell, quien admitió que esperaba odiar a la actriz, pero la encontró «profundamente inteligente y sensible». Las dos se hicieron amigas muy cercanas. Sin embargo, el mito de que Monroe era tonta superó la realidad. Es la forma de pensar de una ideología boba que nos impone una dura elección: o eres intelectual o eres coqueta. Las culturas que a menudo admiramos adoptaron la visión contraria. En la antigua Atenas, a la gente la desconcertaba que Sócrates pudiera tener una mente tan prominente siendo tan feo y desaliñado. Y en el Renacimiento, la gran ambición del arte era fusionar una belleza deslumbrante con una inteligencia penetrante. Monroe se esforzó por cambiar este malentendido. Siempre que le pedían que posara para una revista, proponía que la fotografiaran leyendo (hay más de cien imágenes de sus escenas de lectura, rara vez reimpresas); unas veces parecía muy seria, otras, como aquí, juguetona. Ella quería que la gente pensara que leer podía ser sexy y que las personas sexys podían ser lectoras; sabía que los mensajes importantes sobre la sabiduría y la verdad podían llegar mucho más lejos si se empaquetaban con encanto; que quienes tenían miedo de leer el Ulises de James Joyce podrían intentarlo si ella hablaba de él en público (algo que, en efecto, hacía bastante). En un mundo mejor, Marilyn Monroe habría sido nombrada embajadora de las artes, las humanidades y la filosofía y emisaria de las virtudes de la vida mental.