CURIOSITY
Este es el autorretrato de uno de los artistas más grandes del siglo XXI: un artilugio tecnológico con forma de automóvil robótico llamado Curiosity, que se ha estado moviendo a un ritmo glacial (tardaría una hora en completar una carrera de 100 metros) alrededor de la superficie de Marte desde su accidentado aterrizaje el 6 de agosto de 2012, en medio de una brutal nube de polvo, tras un viaje de 560 millones de kilómetros desde la Tierra. Aparentemente, Curiosity llegó a Marte para descubrir más sobre las propiedades biológicas y geoquímicas del planeta: ha estado intentando comprender sus compuestos orgánicos, calculando las proporciones relativas de azufre, carbono, hidrógeno y fósforo en la atmósfera, mapeando la composición isotópica y midiendo el espectro de radiación, con especial interés en los neutrones secundarios y los eventos de protones solares. Pero cualquiera que sea el propósito manifiesto, lo que Curiosity realmente ha estado tratando de hacer, de manera latente, es ayudar a reforzar nuestra capacidad de calma y perspectiva. Uno no puede mirar ninguna de las imágenes que este robot ha enviado hasta ahora sin un sentimiento de asombro que relativiza toda la angustia que lo perturba y degrada día tras día. ¿Qué puede importar quién dijo qué, a quién y cómo, dado que Curiosity captó la puesta de sol a las seis de la tarde bajo el borde del cráter Gusev, o que la cámara de su mástil acaba de enviar 32 imágenes individuales que reunió en una espectacular panorámica del afloramiento marciano Mont Mercou? La máquina también nos recuerda la belleza de nuestro propio planeta: esa desolación de Marte enfatiza la extraordinaria exuberancia de nuestro mundo. Las fotografías de este lugar lejano, al que probablemente nunca iremos, pueden engendrar maravilla y gratitud por el lugar donde ya estamos. Como todos los grandes artistas, y con un ingenio técnico comparable, Curiosity intenta ayudarnos a cambiar y mejorar nuestras vidas, alejándonos de la superficialidad y la amargura y acercándonos a la sabiduría y la verdad.